Apoyo al Régimen y niveles futuros de democracia: nuevas evidencias para América Latina

Regime Support and Future Levels of Democracy: New Evidence for Latin America

Nerea C. Palma

Pontificia Universidad Católica de Chile

ncpalma@uc.cl

Gonzalo Parra Coray

Pontificia Universidad Católica de Chile

gaparra@uc.cl

Envío: 2019-10-30

Aceptado: 2020-05-12

First View: 2020-06-18

Publicación: 2020-12-22

RESUMEN: A partir de un análisis longitudinal transversal debatimos la relación entre apoyo al régimen y niveles futuros de democracia en América Latina. Los resultados muestran que los niveles de democracia poliárquica y liberal afectan negativamente el respaldo ciudadano al régimen, no a la inversa como proponen estudios anteriores. Esto podría explicarse por el desarrollo de una actitud crítica y exigente en la población que vive en países con mayores niveles de democracia.

Palabras clave: apoyo a la democracia; niveles de democracia; efectos fijos; opinión pública; cultura democrática.

ABSTRACT: Based on a longitudinal cross-sectional analysis we discuss the relation between regime support and future levels of democracy in Latin America. Our results show that levels of polyarchic and liberal democracy negatively affect citizen support for the regime, not the other way around as previous studies propose. This could be explained by the development of critical and demanding attitudes among the populace in countries with higher levels of democracy.

Keywords: support for democracy; levels of democracy; fixed effects; public opinion; democratic culture.

I. INTRODUCCIÓN[1]

Uno de los desafíos más urgentes para las democracias latinoamericanas es la caída sostenida del respaldo ciudadano al régimen. De acuerdo con el Latinobarómetro, en 2018 un 48% de los encuestados apoyaba a la democracia, la cifra más baja desde el inicio de la encuesta, acumulando una caída total de 12 puntos en la región (en 1996 el 60,7% respaldaba la democracia como la mejor forma de gobierno). De la misma manera, un 28% era indiferente respecto al régimen político en 2018, mientras que en 1996 esta cifra era considerablemente menor con un 16,9% (Latinobarómetro, s. f.).

La preocupación por el descenso en el apoyo al régimen se debe a que, tradicionalmente, ha sido entendido como uno de los principales factores para la legitimidad y supervivencia de los regímenes democráticos (Claassen, 2019, 2020; Easton, 1965; Fails y Pierce, 2010; Hadenius y Teorell, 2005; Inglehart, 2003; Inglehart y Welzel, 2005; Lipset, 1959; Qi y Shin, 2011; Welzel, 2007). El supuesto que subyace a esta afirmación es que la democracia descansa en un sistema de actitudes y creencias ciudadanas que le otorgan vitalidad y legitimidad (Almond y Verba, 1965). Sin embargo, en la región observamos dos inconsistencias centrales que requieren de un análisis empírico. En primer lugar, a medida que el apoyo ciudadano al régimen decae, los niveles de democracia se mantienen relativamente estables. Por ejemplo, en 1996 el promedio regional de la democracia poliárquica era de 0,66 y para 2018 su nivel era de 0,64[2]. Lo anterior nos plantea un primer desafío teórico relativo a determinar si, efectivamente, el apoyo a la democracia se relaciona con los niveles de democracia de un país. En segundo lugar, y si existiera dicha relación, los datos nos sugieren la posibilidad de coexistencia entre sociedades con alto nivel de democracia y bajo respaldo ciudadano al régimen, lo cual sería contraintuitivo a las corrientes culturalistas de la estabilidad del régimen y nos invita a explorar la dirección de la relación.

El artículo busca responder la pregunta: ¿en qué medida el apoyo al régimen determina niveles futuros de democracia en América Latina? Para esto, nuestra investigación realiza un análisis longitudinal transversal con efectos fijos para dieciocho democracias de la región. Tomamos distancia de las investigaciones empíricas que analizan la relación entre apoyo y nivel de democracia a partir de datos transversales y modelos de regresión OLS, los cuales enfrentan serias dificultades para medir la relación entre las variables de interés en el tiempo y que podrían estar ocultando algún tipo de variación. Nuestro estudio cuestiona la manera en que dicha relación ha sido analizada empíricamente hasta el momento (Claassen, 2019, 2020; Fails y Pierce, 2010; Hadenius y Teorell, 2005; Inglehart, 2003; Inglehart y Welzel, 2005; Lipset, 1959; Qi y Shin, 2011; Welzel, 2007).

A partir de innovaciones metodológicas, este estudio busca problematizar la relación de causalidad entre apoyo al régimen y nivel de democracia y la dirección de dicha relación, en tanto la mayor parte de los trabajos han encontrado resultados disímiles a pesar de trabajar con los mismos datos, provistos por World Value Survey (WVS). En esta investigación, como nos ocupamos de América Latina, utilizamos la encuesta del Latinobarómetro, la cual nos permite medir el apoyo a la democracia desde 1996 a 2018 con la misma pregunta y categorías de respuestas en el tiempo. Por otro lado, otra fuente de discrepancia con investigaciones anteriores es la medición de la calidad de la democracia. Salvo una excepción, los trabajos que han explorado dicha relación acuden a Freedom House (FH[3]), la cual posee una serie de dificultades metodológicas para indagar cómo el apoyo al régimen afectaría sus niveles de democracia, particularmente problemas de agregación de atributos, así como su transparencia (Coppedge et al., 2011; Munck y Verkulien, 2002). Por lo mismo, optamos por los indicadores de democracia de VDem[4] como alternativa metodológica, porque nos permite poner a prueba la relación con criterios claros de agregación y transparencia, así como con diferentes concepciones de democracia (Coppedge et al., 2011).

Este artículo se estructura en cuatro partes. En primer lugar, exponemos el debate sobre la relación entre nivel de democracia y apoyo ciudadano al régimen. En la segunda sección, describimos la estrategia empírica utilizada, la cual implica un análisis de tipo longitudinal transversal con efectos fijos, para lo cual elaboramos una matriz de panel para los dieciocho países de la región. Adicionalmente, se describen las variables de control incorporadas en los modelos. En tercer lugar, presentamos los resultados con énfasis en la dirección de la relación entre las variables. Finalmente, discutimos dos hallazgos principales: el pequeño efecto que tiene el apoyo ciudadano al régimen en los niveles democracia de un país –manteniendo fija la variación dentro de los países y en el tiempo–. Por otro lado, a partir de un nuevo grupo de modelos que invierten la relación entre el apoyo y el nivel de democracia, observamos que, por cada punto de incremento en los niveles de democracia poliárquica y liberal, el apoyo a la democracia disminuye en un 18% y 19%, respectivamente. Lo anterior nos sugiere que los ciudadanos en sociedades con niveles de democracia más altos poseen una actitud crítica y exigente, esperando más de su propia democracia.

II. DISCUSIÓN TEÓRICA: EXPLORANDO LA RELACIÓN ENTRE APOYO Y NIVEL DE DEMOCRACIA

Si bien la teoría del apoyo a la democracia puede rastrearse desde la época clásica, su desarrollo está más bien ligado con el comienzo de la ciencia política contemporánea a mediados del siglo XX. En concreto, Lipset (1959) centra su análisis en requisitos sociales para la democracia, donde uno de ellos es el apoyo al régimen a través de la noción de legitimidad. Dicho concepto hace referencia a la capacidad del sistema político de engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas existentes son las más apropiadas para la sociedad (Lipset, 1959). Por lo tanto, desde esta teoría, el apoyo a la democracia es clave para la legitimidad del régimen, lo que a su vez es determinante para la estabilidad democrática.

La teoría fue ampliamente aceptada dentro de la disciplina (Claassen, 2019; Diamond y Morlino, 2004), pero no son muchos los análisis empíricos que existen. Uno de los primeros fue el de Inglehart (2003), quien probó la correlación entre el apoyo a la democracia y el régimen democrático en 70 países. Los resultados arrojaron que existe una relación positiva pero débil. Ante esto, el autor sostiene que el desarrollo económico tiene un efecto más importante: altos niveles de riqueza no necesariamente traen democracia, pero, en la medida en que el desarrollo económico trae niveles crecientes de confianza, tolerancia, activismo político y un mayor énfasis en la libertad de expresión –a lo que llama valores de autoexpresión–, conduce a crecientes demandas masivas de liberalización en sociedades autoritarias y a niveles crecientes de participación masiva directa en sociedades que ya son democráticas.

El anterior trabajo tuvo una profunda influencia en los estudios de supervivencia de la democracia, particularmente al identificar aquellos valores y actitudes en los individuos que favorecen un mayor apoyo de la ciudadanía hacia la democracia. Sin embargo, no se aventuró a teorizar con respecto a los mecanismos causales que ligarían la relación entre apoyo a la democracia y nivel de democracia, sino que, para el autor, el vínculo entre ambas variables está condicionado por el desarrollo económico. Así, los factores económicos relacionados con el desempeño del régimen resultan relevantes en los trabajos empíricos y, por lo tanto, en disputa con la noción relativa al apoyo a la democracia. Uno de los análisis más importantes es el desarrollado por Hadenius y Teorell (2005), quienes argumentan que la propuesta de Inglehart (2003) no es válida. Indagando en los efectos democráticos, ninguno de los rasgos culturales de autoexpresión parece tener un impacto en los niveles de democracia. Al utilizar un diseño de investigación que da cuenta de los cambios a lo largo del tiempo y de los efectos interactivos, el índice de autoexpresión y el índice de democracia resisten el control del desarrollo económico. Por lo tanto, la tesis cultural, en ambas versiones, es rechazada. El grado de apoyo popular a la democracia no parece ser un predictor confiable del desarrollo democrático (Hadenius y Teorell, 2005).

Para los autores, el desarrollo económico tiene un impacto más fuerte entre los Estados que son más democráticos. Adicionalmente –y en sintonía con la investigación de Doorenspleet (2019)–, el desarrollo económico no parece ser la medicina necesaria para los países que se encuentran en la parte inferior de la escala de la democracia, sino que más bien está ligado a la estabilidad democrática, como también propusieron Przeworski et al. (2000).

Además de la evidente tensión entre la corriente representada por el apoyo a la democracia y la de desarrollo económico, es importante destacar otra discusión que se ha dado en el marco de investigaciones que buscan contribuir a este debate: la dirección de la posible relación causal. Fails y Pierce (2010) señalan que actitudes de legitimidad democrática no afectan el nivel de democracia de un país, y que los niveles más altos de legitimidad democrática no pueden predecir si los niveles de democracia de un país descenderán durante un período de tiempo. Adicionalmente, los cambios en la legitimidad democrática no tienen un efecto significativo en la profundización de la democracia dentro de un país. En cambio, encontraron evidencia de que la institucionalización previa de las democracias tiene un efecto significativo en la formación de actitudes de masas, lo que sugiere que la dirección causal puede ir desde la democracia a la formación de actitudes públicas de apoyo (Fails y Pierce, 2010).

Por último, es importante enfatizar que casi todos los anteriores análisis empíricos de la teoría de Lipset (1959) utilizaron el proyecto Wolrd Value Survey (WVS) para medir el apoyo a la democracia y Freedom House (FH) para la medición del régimen, así como la comparación entre países sin tener en consideración el efecto en el tiempo y, por tanto, la variación dinámica de ambas variables. Lo anterior supone serias dificultades para la validez de las conclusiones a las que llegan anteriores investigaciones.

En primer lugar, investigaciones anteriores comparan países que se encuentran en diferentes regiones del mundo, y que, por lo tanto, se diferencian en lo que significa un régimen democrático para los individuos de cada país[5]. Adicionalmente, investigaciones como las de Claassen (2019) utilizan diferentes encuestas y, en consecuencia, preguntas y respuestas que simplemente no son comparables, lo que podría poner en duda las inferencias y resultados a las que llega el autor. En segundo lugar, salvo una excepción, todos los autores anteriores utilizan FH para medir la democracia, lo cual supone serias dificultades metodológicas. En concreto, tiene problemas de agrupamiento de casos que son muy diferentes, criterios laxos de agregación sin justificarlos y presenta errores de medición (Claassen, 2019; Coppedge et al., 2011; Munck y Verkuilen, 2002). Por lo tanto, es recomendable utilizar otro índice para medir la democracia. En tercer lugar, los anteriores artículos comparan países, pero no en el tiempo. Esto también pone en riesgo las conclusiones a las que llegan, porque si problematizan que el apoyo a la democracia no afecta niveles futuros del régimen, ¿cómo pueden saberlo si solo utilizan modelos que permiten comparación cross-national? Por lo tanto, para verdaderamente testear la teoría de Lipset (1959) es clave agregar el componente longitudinal a la ecuación.

Teniendo todo lo anterior en consideración, por un lado, en este artículo proponemos analizar la región de América Latina en donde el apoyo a la democracia y los niveles de democracia han tenido una fluctuación en el tiempo, y donde se observan inconsistencias en la teoría –como, por ejemplo, el caso de Venezuela–. Así, mantenemos constantes las diferencias con otras regiones del mundo en donde el régimen democrático podría tener otros significados para los individuos, como en el caso de América del Norte o Europa Occidental.

Por otro lado, esta investigación se propone analizar de manera crítica la dirección de la relación entre apoyo a la democracia y nivel de democracia que le ha adjudicado la literatura. En primer lugar, porque, como hemos revisado, los resultados son diversos y, por tanto, no concluyentes. En segundo lugar, en las investigaciones que se ha visto una relación estadística entre ambas variables, la magnitud de los resultados es pequeña, por lo que pone en duda la importancia del apoyo al régimen sobre los niveles de democracia. En tercer lugar, hasta donde llega nuestro conocimiento, ningún autor ha teorizado de manera extensa sobre cuál es el mecanismo causal que hay detrás de la posible relación entre, específicamente, estas dos variables. Por último, nosotros creemos que, siguiendo las teorías de rational choice, es más probable que las instituciones –en este caso la democracia y sus niveles– afecten a la opinión pública e incluso la cultura y valores de individuos de un país, a que la relación sea al revés.

Tomando el ejemplo de la región que estamos analizando, no creemos que el desempeño del régimen democrático haga que las personas apoyen más la democracia, como han propuesto Dalton (1994), Bratton y Mattes (2001) y Norris (2011), ni que la relación sea negativa por componentes contramayoritarios de la democracia (Claassen, 2020), sino que la relación es efectivamente negativa, pero porque altos niveles de democracia están vinculados a regímenes más estables, donde los individuos están más habituados al régimen, lo que los hace más críticos y exigentes, esperando más de su propia democracia. En contraste, en países donde los niveles de democracia han disminuido con el tiempo, esperamos que las personas apoyen más a la democracia por los costos políticos y de falta de derechos, en contraste con otros países de la región.

Por último, utilizamos VDem para medir niveles de democracia, lo cual supone grandes ventajas en relación a FH, principalmente en la transparencia y explicitación de mecanismos de agregación de indicadores (Coppedge et al., 2011). Utilizamos un modelo con comparación cross-national y longitudinal de efectos fijos, lo cual nos permite ver el efecto en el tiempo del apoyo a la democracia sobre el nivel de democracia y viceversa. Por lo tanto, consideramos que nuestra contribución a esta discusión teórica es relevante por su innovación y rigurosidad metodológica, la cual nos permite llegar a conclusiones más confiables.

III. ACERCAMIENTO EMPÍRICO: DATOS Y ANÁLISIS

III.1. Nivel de democracia

La gran mayoría de las investigaciones que se han propuesto determinar si el apoyo a la democracia incide en niveles futuros de democracia utilizan el índice de FH. Esto supone una serie de dificultades metodológicas que ponen en duda las conclusiones a las que llegan autores anteriores (ver Munck y Verkulien, 2002; Coppedge et al., 2011). Así, seguimos las recomendaciones de la literatura crítica de mediciones de democracia y no utilizamos FH. Usamos índices desarrollados por el proyecto VDem, los cuales tienen ventajas comparativas con otros índices. En contraste con FH, VDem ofrece mediciones transparentes, claras y específicas para medir niveles de democracia en el mundo, así como para su sistema de agregación (Coppedge et al., 2011). Además, para evitar los tradicionales problemas de qué significa democracia, mide cinco concepciones diferentes de dicho concepto: electoral, liberal, participativa, deliberativa e igualitaria. Por lo tanto, los índices de VDem sortean las grandes dificultades que presenta FH, lo cual los hace más confiables y transparentes.

Aplicando una de las virtudes más grandes de VDem, en esta investigación utilizaremos las cinco concepciones de democracia para determinar no solo si la democracia varía a diferentes niveles de apoyo a la democracia, sino que también buscamos establecer si diferentes concepciones democráticas se ven más o menos afectadas por el apoyo al régimen. Así, podemos evaluar si hay algún tipo de régimen democrático más sensible al apoyo a la democracia (véase Fig. I). Esperamos encontrar que el apoyo a la democracia afecta de manera distinta a los cinco tipos de democracia. Creemos que la elección de una democracia u otra podría estar escondiendo y limitando el análisis con respecto a cómo se relaciona el apoyo con el régimen. Así también tomamos en consideración diferentes instituciones existentes en cada tipo de democracia. Por lo mismo, creemos que la contribución de Claassen (2019) es importante pero incompleta.

Por último, el nivel de democracia será utilizado como variable dependiente en la primera parte del análisis, para poner a prueba la relación que sugieren las investigaciones anteriores. En una segunda parte, pasará a ser variable independiente para poner a prueba nuestra propuesta, la cual sugiere que el nivel de democracia determina el apoyo a la democracia de manera negativa porque hace a los ciudadanos de países con altos niveles de democracia más críticos y exigentes con el régimen. En contraste, teorizamos que en los países donde los niveles de democracia son intermedios, el apoyo a la democracia fluctúa, pero en general mantiene el mismo comportamiento. Finalmente, creemos que en los países en donde los niveles de democracia han disminuido significativamente con el tiempo, el apoyo a la democracia tiende al alza por el deseo de los ciudadanos de tener mayores derechos.

FIGURA I. EVOLUCIÓN DE LOS NIVELES DE DEMOCRACIA SEGÚN SU TIPO PARA LOS 18 PAÍSES DE AMÉRICA LATINA, 1996-2018

Fuente: Elaboración propia.

III.2. Apoyo a la democracia

A diferencia de otras investigaciones, este trabajo se centra en una región del mundo para conocer si el apoyo a la democracia determina niveles de democracia manteniendo el país y los años constantes. Esto se debe a que creemos que comparar diferentes regiones del mundo que difieren de manera considerable en lo que significa un régimen democrático para los individuos de cada país es problemático (Quaranta, 2018). Por lo tanto, incluso si el apoyo se mide a través de la misma pregunta en todo el mundo –como en el caso de WVS–, son al menos cuestionables las conclusiones que se pueden extraer de los datos.

Mediremos la variable apoyo a la democracia a través del proyecto Latinobarómetro, el cual tiene una ventaja principal e importante en comparación a otras mediciones, como el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (Lapop, s. f.), para hacer un análisis transversal y longitudinal: la cantidad y la secuencia de años que abarca. El Latinobarómetro cubre los dieciocho países[6] de la región desde 1996 a 2018 con solo tres años no medidos (Latinobarómetro 1999, 2012, 2014). En contraste, LAPOP comienza a medir el apoyo a la democracia diez años después que Latinobarómetro, pero solo en 2008 está disponible para todos los países de la región. Adicionalmente, su medición –desde el 2009 al 2016– fue cada dos años. Esto significa que si midiéramos nuestra variable independiente de interés con LAPOP perderíamos 15 años de datos, en comparación con Latinobarómetro, lo cual no es deseable para modelos basados en métodos de análisis transversal y longitudinal, porque aumentan el número de datos perdidos generando más desequilibrio en los modelos.

La pregunta que utilizamos para medir el apoyo a la democracia es la misma que se utiliza para LAPOP. Así, si bien utilizamos Latinobarómetro, estamos utilizando la misma manera de medirla. Esto hace que la decisión de utilizar una de las encuestas sea mucho más robusta, porque obtenemos más años para analizar –y, por tanto, más datos– y seleccionamos una pregunta que es común a los dos barómetros de la región, lo cual reduce la diferencia de medición que podría haber en ambas encuestas.

Nuestra variable de apoyo a la democracia está medida como el porcentaje promedio de quienes marcaron la opción: «La democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno» por año y país con respecto a la pregunta «¿Con cuál de las siguientes frases está usted más de acuerdo?». Consideramos que las otras dos respuestas[7] relativizan el apoyo al régimen o se muestran indiferentes a una democracia o a un autoritarismo. Por lo tanto, en nuestra investigación entendemos el apoyo a la democracia como un porcentaje promedio de quienes prefieren dicho régimen a cualquier otro (véase Fig. II).

Finalmente, y al igual que la variable nivel de democracia, el apoyo a la democracia tendrá dos roles. En la primera parte del análisis será utilizada como variable independiente para poner a prueba la dirección de la relación que investigaciones anteriores sugerían. En una segunda parte, en los modelos que nosotros proponemos, el apoyo a la democracia será la variable dependiente, con el propósito de testear nuestra hipótesis, la cual sugiere que el nivel de democracia afecta de manera negativa el apoyo a la democracia.

FIGURA II. COMPORTAMIENTO DEL APOYO A LA DEMOCRACIA EN LOS 18 PAÍSES DE AMÉRICA LATINA, 1996-2018

Fuente: Elaboración propia.

III.3. Variables de control

En la literatura de niveles de democracia, las variables económicas –en especial PIB per cápita– son consideradas como claves para la estabilidad del régimen (Inglehart, 2003; Przeworski et al., 2000). Así, para poder determinar si el apoyo al régimen incide en los niveles de democracia, es importante mantener constantes variables que estén relacionadas con el desempeño de la economía para reducir al máximo la posibilidad de tener confounders. Utilizamos datos extraídos del Banco Mundial para incorporar las siguientes variables. En primer lugar, PIB per cápita (medido en miles de dólares). Esperamos que a mayor PIB per cápita, mayores niveles y más apoyo a la democracia. En segundo lugar, crecimiento económico (medido en porcentaje), lo cual deriva de la lógica del voto económico desarrollado por Fiorina (1978) al ser una variable importante para predecir si un individuo votará por el incumbente o no –en especial durante las crisis económicas–. Está lógica se podría aplicar al apoyo al régimen, así como a la estabilidad del régimen democrático. En tercer lugar, incluimos el porcentaje inflación de los países, porque es una variable que los individuos ven día a día, por lo que esperamos que, a mayores tasas de inflación, menor apoyo al régimen y menores niveles de democracia. Por último, agregamos el índice de Gini por país. La desigualdad es uno de los problemas latentes de América Latina, por lo que esperamos que cuanto más desiguales sean los países, menor apoyo a la democracia y menor nivel del régimen.

También utilizamos como control la edad del régimen. Investigaciones anteriores han destacado que los países que tienen democracias más antiguas presentan mayores niveles de democracia (Hadenius y Teorell, 2005; Inglehart y Welzel, 2005; Pérez-Liñán y Mainwaring, 2013; Welzel, 2007). Por lo tanto, esperamos que los regímenes más antiguos presenten mayores niveles de democracia con ciudadanos más habituados al régimen, siendo más críticos con él.

Por último, incorporamos año de elección como variable dicotómica[8]. Esta variable podría incidir en el apoyo a la democracia porque el voto para elegir el cargo político más relevante de un país es la principal herramienta democrática de las personas y concentra la mayor atención ciudadana. Así, medir el apoyo a la democracia en un año de elección puede hacer que los individuos vean de manera más cercana su derecho a incidir en el devenir nacional y apoyen más al régimen. Además, las elecciones presidenciales implican competencia entre candidatos, quienes podrían incorporar demandas propias de la ciudadanía, pudiendo generar que esta tenga la sensación de que sus preferencias políticas son escuchadas (Morlan 1984; Reif 1997; Reif y Schmitt 1980).

IV. RESULTADOS

En esta sección se muestran los resultados de nuestras pruebas empíricas. En primer lugar, se estima el efecto promedio del apoyo al régimen sobre los niveles de democracia, para lo cual se utiliza un modelo longitudinal transversal con efectos fijos en país y año. Analizamos la relación de igual manera en que la literatura ha sugerido que es la dirección causal. El objetivo es identificar si es aún posible afirmar que el apoyo a la democracia tiene un efecto sobre los niveles de democracia, así como problematizar la idea de causalidad inversa entre las variables.

Además, presentamos un segundo grupo de modelos, basados en nuestra propuesta de que los niveles de democracia influyen en el apoyo a la democracia de manera negativa. Investigaciones anteriores han mostrado resultados diversos con respecto al efecto que tendría el apoyo al régimen en los niveles de democracia, lo que nos hace pensar que los resultados no son concluyentes o, en su defecto, muestran un efecto con un nivel de significación prácticamente mínimo. Ninguna investigación anterior ha indagado en los mecanismos causales detrás de la posible relación entre, específicamente, estas variables. A partir de nuestros resultados, sugerimos que hay más razones para pensar que las instituciones, como la democracia y sus niveles, afectan a la opinión pública y no a la inversa como han propuesto investigaciones anteriores.

IV.1. Análisis empírico de las investigaciones anteriores: ¿es el apoyo al régimen un fuerte predictor de los niveles de democracia?

Para poner a prueba esta relación, realizamos una especificación general para los distintos modelos donde se incorporaron las variables de apoyo a la democracia, crecimiento económico, PIB per cápita, inflación, año de elección, edad de la democracia y Gini. En total se probaron 5 modelos donde cada uno utilizó una concepción de democracia distinta como variable dependiente. Esto se realizó para identificar si la relación entre apoyo y el nivel de democracia puede variar según el tipo de democracia o dimensión que se utilice.

Los resultados de estos modelos se presentan en la Tabla I. El primer hallazgo es que el apoyo a la democracia, entendido como el porcentaje de aquellos ciudadanos que indican que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, está asociado sistemáticamente con una disminución en los niveles de democracia poliárquica y liberal de un país. Este primer resultado nos indica que la relación entre apoyo y nivel está influenciada por el tipo de democracia que se decida medir, particularmente como se observa en los modelos 3 a 5, donde las variables dependientes son los tipos de democracia deliberativa, igualitaria y participativa, el apoyo a la democracia no tiene un efecto estadísticamente significativo en América Latina.

Un segundo hallazgo es que, si bien hay una relación estadísticamente significativa en los modelos 1 y 2, la magnitud de la relación es prácticamente nula. Como se observa en la Tabla I el aumento del 1% en el apoyo a la democracia tendría un efecto negativo del 0,001 en los niveles de democracia poliárquica y liberal de un país, en promedio para América Latina, controlando por el resto de las variables y manteniendo fijo el año y país. Es decir, tendríamos que observar un aumento de 10 puntos para que el nivel de democracia de un país caiga 1 decimal (0,01), de acuerdo con los valores que adoptan los indicadores de democracia poliárquica y liberal de VDem.

Los factores económicos como crecimiento, inflación y Gini no tienen un impacto significativo en los niveles de democracia de los países de la región, manteniendo las demás variables constantes. Es más, el valor de sus coeficientes indicaría una relación inversa a la esperada por los teóricos de la modernización sobre los niveles de democracia. No encontramos evidencia suficiente que nos permita afirmar que el crecimiento, inflación y Gini tienen un impacto en los niveles de democracia en los países de América Latina. Ocurre lo mismo para la variable de año de elección.

TABLA I. COEFICIENTES ESTIMADOS DE REGRESIÓN OLS CON EFECTOS FIJOS DEL APOYO A LA DEMOCRACIA EN TIPOS DE DEMOCRACIA (VDEM), 1996-2018

Democracia poliárquica

Democracia liberal

Democracia deliberativa

Democracia igualitaria

Democracia participativa

Apoyo a la democracia

-0,001**

-0,001**

0,0002

-0,0002

0,0003

(0,0005)

(0,001)

(0,001)

(0,0004)

(0,0003)

Crecimiento económico

-0,00002

-0,00002

-0,00003

-0,00001

-0,00000

(0,00003)

(0,00003)

(0,00003)

(0,00002)

(0,00002)

PIB per cápita

-0,00000**

-0,00000

-0,00001**

-0,00000**

-0,00000***

(0,00000)

(0,00000)

(0,00000)

(0,00000)

(0,00000)

Inflación

-0,0005

-0,001

-0,002*

-0,001

0,0001

(0,001)

(0,001)

(0,001)

(0,0005)

(0,0004)

Año de elección

0,002

-0,001

0,006

-0,003

-0,008

(0,009)

(0,011)

(0,012)

(0,007)

(0,006)

Edad de la democracia

0,004***

0,003***

0,005***

0,003***

0,002***

(0,001)

(0,001)

(0,001)

(0,001)

(0,001)

Gini

0,001

0,001

0,002

0,0001

-0,005***

(0,002)

(0,002)

(0,002)

(0,001)

(0,001)

N

263

263

263

263

263

R2

0,110

0,088

0,095

0,082

0,143

R2 Ajustado

0,021

-0,004

0,004

-0,010

0,057

Estadístico F (df = 7; 238)

4,214***

3,280***

3,566***

3,050***

5,679***

Nota: No se muestran en esta tabla efecto fijo por país y año. Errores estándares robustos entre paréntesis.

*p < 0,1; **p< 0,05; ***p < 0,01.

Fuente: Elaboración propia.

Finalmente, como esperábamos, el efecto de la edad de la democracia es positivo. No obstante, los coeficientes son muy pequeños para generar un impacto importante en los niveles de democracia de los cinco modelos. Esto a pesar de ser significativa al 99%.

Nuestros resultados concuerdan con la conclusión de Inglehart (2003). Habría una relación entre el apoyo al régimen y el nivel de democracia. El problema es que el impacto de los valores de autoexpresión (en términos del autor) tendrían un efecto pequeño sobre el nivel de democracia de un país, y nos invita a pensar en la posibilidad de una causalidad inversa entre ambas variables. El supuesto subyacente es: difícilmente los valores y creencias de los ciudadanos podrían modificar las reglas y arquitectura de las democracias, sino que, más bien, determinados arreglos institucionales democráticos se traducen en un alza en el apoyo a la democracia –lo cual no se sustenta en el caso de América Latina– o, por otro lado, que, a mayor nivel de democracia, menor el apoyo al régimen. En la siguiente sección exploramos esta relación.

IV.2. Nuestra propuesta: la incidencia del nivel de democracia en el apoyo al régimen

La Tabla II presenta los modelos que realizamos para nuestra propuesta. Como esperábamos, la magnitud de los efectos de los niveles de democracia sobre el apoyo al régimen es mayor en relación con la Tabla I. Si en los modelos anteriores el aumento del 1% en el apoyo a la democracia disminuía el nivel de democracia en 0.001, en estos modelos el aumento de 1 punto del nivel de democracia poliárquico y liberal disminuye el apoyo a la democracia en un 18% y un 19% –respectivamente– en promedio y manteniendo constante país y los años para América Latina. Así, el efecto del nivel de democracia en el apoyo a la democracia sugiere un importante efecto. En especial en los modelos 1 y 2, los cuales son estadísticamente significativos al 95%.

TABLA II. COEFICIENTES ESTIMADOS DE REGRESIÓN OLS CON EFECTOS FIJOS DE LOS TIPOS DE DEMOCRACIA (VDEM) SOBRE EL APOYO A LA DEMOCRACIA, 1996-2018

Apoyo a la democracia

Modelo (1)

Modelo (2)

Modelo (3)

Modelo (4)

Modelo (5)

Apoyo a la democracia

Modelo (1)

Modelo (2)

Modelo (3)

Modelo (4)

Modelo (5)

Democracia poliárquica

-17,765**

(8,619)

Democracia liberal

-18,672**

(7,268)

Democracia deliberativa

2,488

(6,740)

Democracia igualitaria

-5,719

(11,585)

Democracia participativa

10,276

(12,952)

Crecimiento económico

-0,003

-0,003

-0,002

-0,003

-0,002

(0,003)

(0,003)

(0,004)

(0,004)

(0,004)

PIB per cápita

-0,001***

-0,001***

-0,001***

-0,001***

-0,001***

(0,0003)

(0,0003)

(0,0003)

(0,0003)

(0,0003)

Inflación

0,060

0,056

0,074

0,066

0,069

(0,081)

(0,081)

(0,083)

(0,082)

(0,082)

Año de elección

1,174

1,106

1,143

1,143

1,244

(1,248)

(1,242)

(1,259)

(1,258)

(1,261)

Edad de la democracia

0,150

0,145

0,072

0,097

0,067

(0,111)

(0,109)

(0,112)

(0,111)

(0,109)

Gini

-0,282

-0,291

-0,316

-0,311

-0,259

(0,201)

(0,200)

(0,203)

(0,202)

(0,213)

N

263

263

263

263

263

R2

0,074

0,083

0,058

0,058

0,060

R2 Ajustado

-0,019

-0,010

-0,037

-0,036

-0,035

Estadístico F (df = 7; 238)

2,719***

3,075***

2,096**

2,112**

2,170**

Nota: No se muestran en esta tabla efecto fijo por país y año. Errores estándares robustos entre paréntesis.

*p < 0,1; **p < 0,05; ***p < 0,01.

Fuente: Elaboración propia.

Ahora bien, contrario a lo que pensábamos, la relación entre los niveles de democracia deliberativa y participativa es positiva con respecto al apoyo a la democracia. Esto podría deberse a que, en comparación con el resto de los tipos de democracia, los ciudadanos valoran positivamente la disponibilidad de innovaciones democráticas entre sus arreglos institucionales, tales como referéndums u otras instancias de participación directa o deliberativa. Sin embargo, no encontramos evidencia suficiente que nos indique que en los niveles de democracia deliberativa y participativa tenga un impacto estadísticamente significativo sobre el respaldo que los ciudadanos le otorgan a la democracia.

Con respecto a las variables económicas, vemos que el PIB per cápita es significativo para todos los modelos, al igual que en los modelos de la Tabla I –salvo en el modelo 2– y mantiene coeficientes pequeños. Por lo tanto, nos encontramos con que las variables de carácter económico no tienen un efecto importante en el apoyo a la democracia. En contraste, esta variable parece estar mucho más relacionada con el nivel de democracia. Por otro lado, y al igual que en los modelos anteriores, la variable año de elección no es significativa ni reporta una gran magnitud en el porcentaje de apoyo a la democracia.

V. CONCLUSIONES

La mayor parte de los estudios empíricos que han analizado la relación entre apoyo al régimen y el nivel de democracia asumen que, a medida que crece el respaldo ciudadano al régimen, las instituciones democráticas se fortalecen y mejoran su funcionamiento. La idea subyacente es que la democracia requiere un tipo de actitudes y creencias por parte de la ciudadanía para añadirle vitalidad y legitimidad al régimen. No obstante, dicha relación está siendo cuestionada desde América Latina donde el nivel de democracia se mantiene relativamente estable a pesar de una caída abrupta del respaldo popular al régimen en todos los países de la región. Esto nos obliga a revisar la relación y dirección de causalidad que existe entre ambas variables.

En este sentido, en el presente artículo hemos debatido esta relación, a partir de nueva evidencia para el caso de las democracias de 18 países en América Latina y el uso de una innovación metodológica, respecto de investigaciones anteriores, que nos permite controlar por efectos fijos la variación en el nivel de democracia y apoyo al régimen por cada año. En este marco, los resultados de nuestro estudio muestran que sí existe una relación entre el apoyo a la democracia y sus niveles, pero que está fuertemente asociada al tipo y medición de democracia que se utilice. Esto no es menor pues algunos estudios empíricos podrían estar sesgando la relación entre el apoyo ciudadano y el nivel de democracia a partir del uso de ciertos indicadores como FH.

Un segundo hallazgo es que, si bien existe una relación estadísticamente significativa, el impacto que tiene el respaldo ciudadano sobre los niveles de democracia es mucho menor a lo propuesto por algunos trabajos desarrollados hasta el momento, donde se presentan resultados disímiles. Esto último genera dudas respecto a la dirección de causalidad entre ambas variables y, especialmente, en los mecanismos que estarían operando en dicha relación. Nuestros resultados sugieren que es poco creíble pensar que las instituciones democráticas y las regl as del juego podrían verse afectadas por el sistema de creencias y respaldo ciudadano al régimen o, en el mejor de los escenarios, harían posible la coexistencia de democracias con un deteriorado respaldo ciudadano, pero con un nivel relativamente alto en sus indicadores.

Nuestros resultados nos indican que los niveles de democracia poliárquica y liberal de un país afectan negativamente al apoyo ciudadano al régimen en América Latina. Esto podría explicarse por el desarrollo de una actitud crítica y exigente que adoptan las personas que viven en países con mayores niveles de democracia. El efecto sería al revés para individuos que viven en países en donde los niveles de democracia han decaído; su apoyo a la democracia refleja el deseo de que su régimen sea democrático (como en el caso de Venezuela). Estos resultados, están en línea con las conclusiones de Claassen (2020), aunque no por la existencia de mecanismos contramayoritarios de la democracia.

Finalmente, a la luz de los resultados, creemos que existe evidencia suficiente que nos sugiere que la dirección de la relación entre el apoyo a la democracia y los niveles de democracia podría ser como proponemos. Dicha relación se ajusta mejor a la realidad de aquellos países que conviven con niveles menores de apoyo al régimen sin que eso suponga inestabilidad en la democracia en la región. Ahora bien, esto no ocurriría para la dimensión deliberativa y participativa de las democracias en la región, lo cual podría deberse a que los ciudadanos valoran positivamente la disponibilidad de innovaciones democráticas entre sus arreglos institucionales, tales como referéndums u otras instancias de participación directa o deliberativa.

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[1]. Esta investigación fue patrocinada por el proyecto ANID/FONDAP/15130009.

[2]. De acuerdo con los datos de VDem, la variación en los niveles de democracia en América Latina se ha mantenido relativamente estable para las cinco concepciones de democracia entre 1996 y 2018. Por ejemplo, la democracia liberal en 1996 fue de 0,46 y en 2018 de 0,48. Para el mismo periodo, la democracia deliberativa pasó de un 0,52 a un 0,47; la democracia igualitaria de un 0,42 a un 0,41; y la democracia participativa de un 0,56 a un 0,59.

[3]. Freedom House es un índice global de democracia que mide si un país es democrático o no, así como el nivel de la democracia de una nación. Está compuesto por diez indicadores de derechos políticos y quince de libertades civiles.

[4]. VDem es la sigla del proyecto «Varities of Democracy». Este proyecto contiene cinco índices de democracia (poliárquica, liberal, participativa, deliberativa e igualitaria), medidos en la mayor parte de los países del mundo.

[5]. Diversas investigaciones sugieren que los ciudadanos otorgan un significado distinto a la democracia según áreas o regiones del mundo. Por ejemplo, la mayoría de los ciudadanos en América Latina asocia el régimen democrático con los principios de libertad, participación, elecciones y límites a la autoridad (Schedler y Sarsfield, 2007; Lagos, 2008; Canache, 2012; Carlin y Singer, 2011). En contraste los ciudadanos europeos vinculan el significado de la democracia con el desempeño del régimen (Quaranta, 2018).

[6]. La única salvedad es que los datos de República Dominicana comienzan en 2004.

[7]. Las otras dos respuestas posibles son: «En algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático» y «A la gente como uno, nos da lo mismo un régimen democrático a uno autoritario».

[8]. En esta variable dicotómica el valor 1 representa que en ese año hubo elección presidencial en el país y el 0 que no hubo elección presidencial.